lunes, 15 de marzo de 2010

"Mi estilo en el póker tiene un sello bien bostero"



José Ignacio Barbero, jugador del Team Pro de PokerStars, combina carisma e inteligencia. No se la cree, pero le sobra confianza en sí mismo. A los 28 años, Nacho, hincha fanático de Boca y de Chicho Serna, siente el reconocimiento de la gente, como si fuera Juan Martín Del Potro.

-¿Cómo fue tu recorrido hasta llegar a convertirte en un jugador de póker profesional?

-Yo empecé de chico, a los 18 años, a jugar a otro juego de cartas que se llama Magic. Llegué a ser el mejor de la Argentina y uno de los mejores de Sudamérica. Y empecé a viajar por el mundo. Como si fuera el tour de tenis. Jugué torneos en todas partes del mundo. Pero en el 2003, los que jugábamos Magic descubrimos póker on line. Y todos los mejores jugadores de Magic comenzaron a jugar al póker. El Magic es un juego como el backgammon, que te agiliza la cabeza y el más rápido, el que ve mejor las jugadas, gana. Hay poco azar. Como en el póker: 20%. Una noche, un amigo me mostró lo que era póker on line y me copé. Me quedé toda la noche jugando, perdí mucha plata esa noche, pero quedé flechado.

-¿Y cómo aprendiste a jugar para dejar de perder plata y empezar a ganarla?

-Antes se jugaba con una modalidad que no es la actual. Yo jugué, jugué muchas horas. Me formé jugando, en esos comienzos no había tanta información como hoy. Puedo decir que soy un autodidacta. Estoy seguro de que si hubiera tenido a mano las herramientas que hay ahora, me habría ido mucho mejor más rápido. Pero no había programas, no había videos ni libros. Era todo nuevo.

-Viviste en Europa varios años, ¿tu regreso al país coincidió con la explosión del póker?

-Un poco sí. Volví en el 2007. Yo fui uno de los primeros en empezar a jugar al póker por Internet en el país. Y el primer argentino en ganar el Super Millon Sunday de PokerStars. Obtuve muy buenos resultados afuera: gané en Europa, en Bahamas. Así fue que me contrató otra empresa de póker, pero al poco tiempo PokerStars se fijó en mí. Creyó que les era conveniente que estuviera de su lado. Yo me siento orgulloso de ser un jugador PokerStars. Había muchos jugadores para elegir y me eligieron a mí.

-¿Cómo es la vida de un profesional del póker?

-La vida del jugador de poker profesional es divertida y varía según dónde esté. Paso siete meses en Buenos Aires y el resto de viaje. Cuando estoy acá, duermo hasta tarde, hago diligencias, me ocupo de trámites como todo el mundo, voy al gimnasio. Después tengo bastante tiempo de ocio: juego mucho al póker por Internet, aprovecho para ir al cine, me gusta ir al teatro, a escuchar música, salir con amigos, con mi chica.

-¿Cuáles son las principales características que tiene que tener un buen jugador?

-Una de las cosas más importantes es ser frío. También ser calmo. Es muy difícil en el póker mantener la calma porque podés perder manos muy desafortunadas. Nosotros decimos que quedás prendido fuego. Por eso, es muy importante no regalar las fichas en esos momentos. Pero tal vez lo más importante para un jugador sea tratar de meterse en la cabeza de sus rivales.

-¿Cuál es tu estilo?

-Como hincha de Boca, mi estilo en el póker tiene un sello bien bostero. Aguerrido, como Chicho Serna, de pelearlas todas.

-El COI acaba de incluir al póker dentro de los deportes de mente. ¿Cómo podés justificar esta decisión?

-No hay dudas de que lo es. El póker tiene una cuota de azar acotada, que se equipara. Es decir alguna vez jugará a favor de uno y en otra a favor del otro. En los torneos hay muchas situaciones que dividen chances. Se supone que vas a ganar la mitad de esas manos. El resto es habilidad. El póker es un juego mental, tiene muy poco de azar, sin dudas, es un juego de decisiones. Y no es fácil tomar siempre las correctas.

-Las habilidades del jugador de póker, ¿con las de qué deportista se las puede comparar?

-Puede ser con las de un golfista o un tenista porque son deportes que requieren de muchísima concentración. Son deportes donde lo mental tiene igual o más preponderancia que la habilidad física. El que pierde la cabeza, está listo.

-¿El póker te cambió?

-No lo sé, pero sí me hizo más conocido. Aunque cuando jugaba Magic, era referente dentro del ambiente. Muchos chicos querían ser como yo. Me lo decían. Y en el póker siento que está pasando algo parecido.

Fuente www.ole.com.ar

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